El 29 de enero de 1894 fue aprobada la traza de la localidad de Ramona, en la provincia de Santa Fe. Un pueblo, como tantos otros de la región, que se fue gestando con la instalación de colonias agrícolas en las tierras fértiles del centro del país. Fue un proceso lento en el que se destinaron terrenos para edificios públicos y se vendieron parcelas de tierra a nuevas familias. El Sr. Ernesto Tornquist, un prestigioso empresario argentino de la época, fue el promotor del poblamiento de nuestra localidad. Ramona es la comunidad, que 56 años después, albergó el surgimiento de nuestra empresa.
La colonia se orientó, como todas las de la región, a la producción cerealera. El trigo era el principal grano reclamado en el comercio internacional. Sin embargo, con el paso del tiempo se fue incorporando una mayor cantidad de animales, ya no para uso y consumo familiar, sino para la producción de leche. Así el tambo se fue convirtiendo en una de las principales actividades productivas de la localidad.
Con el aumento de tambos comienzan a aparecer Cremerías. Una de las primeras en instalarse en Ramona fue "The River Plate Company", de capitales ingleses. El encargado y cremero era el señor Antonio Peiretti. Antonio había sido peón en una cremería de la misma firma en Roca y fue trasladado a la de Ramona para cubrir el puesto de encargado. Vino con su mujer y sus dos hijos, Dante y Orlando, y tiempo después nació su tercer hijo, Celso; mientras los otros dos crecían en contacto con el oficio.
Varios entregadores de leche de la localidad dejaron de proveer a "The River" y formaron la cooperativa "La Ramona", ofreciéndole a Antonio que sea el encargado. La familia se mudó entonces a estas nuevas instalaciones, mientras sus hijos terminaban la escuela y comenzaban a trabajar como peones en la cremería.
El 1 de junio de 1950 Dante, Orlando y Celso Peiretti (hijos de Antonio) adquieren, junto a otros socios, la cremería "La Confianza"; una cooperativa que se remataba en $42.000. Los hermanos tenían un importe menor que habían heredado de su mamá y buscaron socios para poder alcanzar el valor. Fue así que lograron comprar la cremería y comenzar a trabajar en ese nuevo emprendimiento. Con gran sacrificio, dan sus primeros pasos como emprendedores, con la elaboración de crema y caseína, contando con apenas una desnatadora de leche, un tanque, un motor y una caldera. Comenzaron trabajando ellos mismos 2.500 litros de leche diarios que recibían en carros de sus primeros entregadores.
Para poder hacer frente a una demanda muy particular, los hermanos deciden hacer algunas reformas en el edificio y construir sótanos, saladeros y otras dependencias que posibiliten la elaboración de quesos, Cuartirolo y Sardo. Comienzan entonces con la producción de quesos a pedido de la empresa “La Paulina” que se compromete con los hermanos Peiretti para la compra de dicha mercadería.
Se retira de la firma por decisión propia el socio Gaspar Peiretti, primo de los tres hermanos, quién había ayudado con un aporte económico en la compra inicial. Quedan a cargo de la empresa los tres hermanos Peiretti: Dante, Orlando y Celso; y los productos pasan a denominarse "Lácteos Carlitos".
Ante el incremento de entregadores que se fueron sumando, la empresa comienza a realizar el transporte de materia prima con camiones y carros propios.
Los Hnos. Peiretti suman al patrimonio una fábrica de quesos en Colonia Esteban Echeverría, zona rural del distrito de Freyre y alquilan una cremería en Pueblo Colonia Makinley, provincia de Santiago del Estero. Además suman la elaboración de dulce de leche y manteca.
Dante Peiretti, el mayor de los hermanos, se retira de la sociedad ante la realidad de que sus hijos se instalan en la localidad de Santa Clara y deciden independizarse. Nuevamente los productos reciben un cambio de nombre y pasan a llamarse "Lácteos Ramolac", denominación que se mantiene hasta hoy. RAMOLAC significa la fusión de las palabras RAMONA LÁCTEOS y fue idea de Elba, la primera esposa de Celso.
Desde la década del 8O en adelante, se decide invertir en mejorar y ampliar las instalaciones. Se generan cambios en la sección de Manteca con la incorporación de renovadas maquinarias para la pasteurización, elaboración y envase de la misma; en sus distintas presentaciones.
Se incorpora la línea de yogur con equipos de avanzada tecnología para la época y se realizan refacciones para optimizar la producción del dulce de leche. Se centraliza la administración con la construcción de un sector para oficinas y se agrega un comedor y pabellón sanitario para uso exclusivo del personal de planta.
El 24 de julio fallece Orlando Peiretti. En palabras de su hermano Celso “Hablar de Orlando es hablar de la encarnación de la honestidad, de la hombría de bien, del tesón, del espíritu de lucha y de la falta de temor al trabajo. Ese es el ejemplo que nos deja y que no debemos dudar en llevar a la práctica (…) para defender su legado y honrar su memoria.”
En la sección de calderas se realizan modificaciones con la adquisición del equipamiento necesario para ampliar la producción de vapor, acorde a las necesidades de la fábrica. Se amplía el recibo de materia prima con una sala de pasteurización donde se instalan dos nuevos equipos de última generación. Se suma a los procesos productivos un equipo de ultra pasteurización y homogenización de la materia prima para comercializar leche fluida.
Se realiza el cercado perimetral de la fábrica con la construcción de una recepción frontal de la empresa, con el fin de implementar una guardia permanente que lleve a cabo el control de acceso a la planta industrial, durante las 24 horas del día.
Después de un detallado estudio realizado por los dueños se decide la compra de una planta de concentración de suero, lo que significó la construcción de un nuevo edificio que albergara este equipamiento. Luego se construye la planta de secado de leche y suero para su comercialización en polvo.
Lácteos Ramolac cumple medio siglo de trabajo y, sin apartarse de la filosofía de sus fundadores, se consolida como una pyme firmemente posicionada en el mercado interno, generando trabajo para más de 80 familias de la localidad y captando la producción de más de 120 tambos de la región. La empresa, luego del fallecimiento de Orlando, quedó bajo la dirección de Celso y los hijos de ambos.
Con tres generaciones ya trabajando en la empresa, Ramolac llega a sus 60 años recibiendo la producción de 150 tambos, y generando empleo para más de 200 familias. Junto a clientes, trabajadores, representantes, proveedores y directivos se asume el compromiso de continuar con los principios de sus fundadores, manteniendo la calidad en la elaboración y la perspectiva de llegar siempre a conquistar nuevos mercados.
Apostando a la visibilidad de marca y al posicionamiento de la empresa, se decide comenzar a trabajar con una agencia externa de diseño y comunicación y se genera un restyling del logotipo. La nueva marca visual de la empresa se trasladó a envases y a materiales comunicacionales y alcanzó un mejor posicionamiento en góndolas.
En mayo de 2012 se comenzaron a generar los primeros contactos para exportar productos Ramolac. Se concreta la primera exportació a China con bolsas de 25 kilos de Leche en polvo y, con el tiempo, se incorporan otros productos y conquistan nuevos mercados. En 2013 se exportó Leche entera en polvo a China y a Argelia, en bolsas de 25 kilos y en cajitas de 800g. En 2015 se vende Leche descremada en polvo a Paraguay y Manteca a Japón. Se sigue trabajando permanentemente con la convicción de aumentar los mercados internacionales.
Se puso en marcha un proyecto que permitió generar un cambio en el abastecimiento de energía, para reducir costos y contaminación. Se compró una caldera construida en el país por la empresa Fimaco (Esperanza) con tecnología brasilera, que se abastece con chip de madera (madera trozada). El chip se almacena en un galpón, luego se lleva a través de una cinta transportadora hacia la caldera, cae y se va quemando para calentar agua y producir vapor que después se distribuye a las distintas secciones para los procesos de elaboración. Es importante destacar que la materia prima (chip de madera) nos la provee una empresa que tiene su propia producción de biomasa, es decir plantaciones que van renovando permanentemente para no deforestar. Esta inversión permitió prevenir la provisión de un combustible no renovable como el fuel oil, además de reducir la contaminación ambiental.
Continuando con la impronta de Celso Peiretti, que a sus 86 años continúa en la empresa, sus hijos Héctor y Raúl y su sobrina Haydeé, se encuentran a cargo de todas las decisiones estratégicas de la empresa, y junto con un reducido grupo de asesores permiten el gerenciamiento propio y caracterizan la empresa en sus 68 años de vida. La empresa se encuentra trabajando en pos de certificar normas higiénico- sanitarias que le permitan un autocontrol de inocuidad alimentaria y la identifiquen como una Marca de Calidad, a la altura de las más grandes. Simultáneamente, se transita un proceso de capacitación en Empresas de Familia, destinado a los integrantes de la 3era. Generación, con el firme propósito de lograr la profesionalización de la empresa.
El mayor desafío continúa siendo la preservación de nuestra historia, de nuestra filosofía y de nuestra manera de ser: una empresa de familia.